Tabla de quesos “Valle de la Cantarería”

Ya sea para un picoteo informal, o bien para una ocasión especial, la tabla de quesos se trata de una apuesta que siempre funciona. Además, prepararlas se ha convertido en tendencia foodie en los últimos tiempos. Pocos productos hay tan agradecidos y versátiles como un buen queso, por eso desde Valle de la Cantarería queremos darte

una serie de pautas para que consigas una tabla de quesos top con nuestros productos

¡Toma nota!

¿Cómo y cuándo?

Antes de nada, tenemos que saber para qué ocasión vamos a organizar nuestra tabla de quesos y cuántos invitados tendremos a la mesa. No es lo mismo calcular una tabla como aperitivo o postre, donde sería suficiente con 80 – 100g por comensal, o que el queso sea el gran protagonista de la comida o cena y forme parte de un menú completo, en este caso habría que prever entre 175 – 200g por invitado.

La época del año también es muy importante a tener en cuenta, al ser nuestro queso un producto que hay que conservarlo en el frigorífico, habría que sacarlo del mismo con la suficiente antelación para que su temperatura al servicio ronde los 20ºC, para conseguir este objetivo dependemos de la temperatura ambiente en nuestra situación geográfica y de la estación del año en la que nos encontremos.

Selección de quesos

Desde Valle de la Cantarería os proponemos organizar la tabla en torno a todas las variedades de pasta blanda que ofrecemos.

Por un lado, podemos disponerlos quesos para una cata transversal, es decir, igual grado de maduración. Pondremos en primer lugar la variedad “Valhondo”, seguida de la gama “Ardal”, esto nos permite ahondar en los matices de cada variedad: Lavanda, Romero y Tomillo.

Y, finalmente, terminamos nuestra tabla con la variedad “Valhondo Gourmet”, consiguiendo a su vez realizar una cata vertical, puesto que podremos degustar diferentes maduraciones en una misma tabla de quesos.

Corte y preparación

El formato de nuestro queso es de una pequeña rueda entera de unos 200g con corteza suave florecida, deberemos proceder al corte como si estuviéramos porcionando una tarta de cumpleaños.

Se cortan cuñas del mismo tamaño desde el centro hacia afuera asegurando que cada pieza incluya centro del queso, parte intermedia y la corteza, aportando en cada bocado la gama completa de sabores y texturas del queso. Una lira da los mejores resultados, pero en su defecto podemos utilizar un cuchillo de hoja delgada o un cuchillo esqueleto, ya que los orificios de esta herramienta permiten que la pasta no se adhiera a la hoja del cuchillo. Otro truco es calentar la hoja del cuchillo bajo el grifo con agua caliente, tras secarlo, esto nos facilitará el corte.

¿Dónde servir el queso?

Lo más apropiado es utilizar una buena tabla de madera, procurando que sea bonita, esté bien conservada y limpia. Los platos de pizarra siguen de moda y, en este caso, también podrían usarse ya que nuestros quesos no son grasos y no dejarán marcas poco estéticas.

Lo habitual es servirlos siguiendo el orden de las agujas del reloj, cuando la superficie es circular, o de izquierda a derecha si es un plato rectangular.

Acompañamientos

Los acompañantes cortejan al queso, realzan la tabla visualmente y la complementan desde el punto de vista gustativo.

Los panes son buenos complementos del queso. La textura crujiente y el sabor dulce del cereal contrastan con las texturas mantecosas de los quesos. Los aromas y sabores de ambos se potencian. Los panes de centeno son los más adecuados para los quesos de cabra, y los integrales para los de pasta blanda y corteza enmohecida. Siendo los picos y las regañás aptos para todo tipo de quesos.

La fruta fresca y jugosa limpia la boca y arrastra la grasa del queso quedando una sensación agradable para continuar la degustación. Uvas, manzanas ácidas y dulces, peras, higos frescos… la oferta es variada y suculenta.

Los frutos secos (almendras, avellanas, nueces), los tradicionales orejones de fruta y ciruelas pasas, mermeladas variadas y/o membrillo cortejan estupendamente a todo tipo de quesos.

El vino blanco dulce, personalmente para mí, es la mejor opción para terminar de coronar la degustación de nuestros quesos “Valle de la Cantarería”.

Lo fundamental para no fallar creando nuestra tabla de quesos es invertir en materia prima de buena calidad y mejor apostar por pocas variedades pero bien presentadas.

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